Estamos en un mundo y una época que se caracteriza por los cambios, la renovación, la originalidad, el buscar aquello que NO esté inventado.
Este aspecto ha afectado durante toda la historia, y ahora con mayor intensidad, al arte... pero... ¿qué es arte?¿quién lo establece y decide?
La realidad es que todo se puede justificar como arte, pero hay siempre categorías artísticas.
El siglo XX se ha caracterizado por los cambios, la renovación y la originalidad. Las corrientes más generales y quizás destacadas de estos años son las siguientes: Cubismo (con personajes como Cézzane), Expresionismo (con Van Gogh), Fauvismo (donde destacamos a Gauguin con su simbolismo) y la Publicidad (Con Lautree como primer autor del primer cartel).
Es evidente que este siglo de cambio radical no ha sido algo espontáneo, sino que ha sido producto de una serie de modificaciones y cambios de pensamiento que ha llevado a la renovación, la originalidad. Estos cambios podemos resumirlos a tres aspectos: El Romanticismo, la aparición de la Fotografía y un cambio en la Educación, en la mentalidad.
Con la llegada del Romanticismo, llega el pensamiento y el gusto por lo irracional, por lo imaginario, lo exótico, el color, el desorden... cambia el concepto de belleza, que ya no es considerada como una cualidad de los objetos, sino una disposición del sujeto: "yo decido qué es bello". En este punto, el arte ya no pretende ser bello, sino ser diferente, personal, original, nuevo.
También emerge el concepto de Genio como el artista que no imita, sino que crea, el arte se convierte en expresión. El Genio es aquella mentalidad que se adelanta a los tiempos en vez de rememorar el pasado o copiar lo conocido.
Además, aparece la definición de originalidad frente a lo conocido y tradicional. Originalidad es sinónimo de autenticidad, veraz, genuino, sin costumbre, sin hábito o ley, surgiendo de dentro, de lo subjetivo (del genio). Consiste en una proyección natural del pensamiento y los sentimientos, es un proceso de imaginación, algo que no se ha hecho. Y en este aspecto cabe destacar las obras de Edouard Manet, un Genio cuya característica fundamental podría ser la originalidad, la autenticidad.
Con la aparición de la fotografía, la pintura entra en crisis. Hasta ahora se trataba de representar la realidad, pero la fotografía ocupo este lugar en el arte. Por tanto, surge un cambio de mentalidad, buscando representar una realidad que la cámara no puede captar, la realidad de un mismo. Así, surge una nueva pintura, dando paso al Impresionismo.
A este cambio hacia el siglo XX también afecto un cambio en la Educación, una nueva mentalidad que se abrió a la renovación, sin miedo a lo desconocido, y así, no verlo con miedo, sino como un recurso, una oportunidad, un nuevo descubrimiento.
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